Tropipop

Quiero hacerte feliz mientra pueda
y sacarte sonrisas mañaneras.
Amanecer contigo de frente,
presumirte delante de la gente.

Quiero crear contigo mil mundos
y aumentarle al tiempo segundos.
Atardecer tocando tus cabellos,
acariciarte hasta ver tu destello…

Y volar mientras todos caminan,
y sentir que estamos en la cima.
Saber que si caigo, tú me animas.
Y, que la rutina no nos lastima.

Quiero cuidarte y prometerte
que si estás enfermo
soy yo quien puede atenderte.
Quiero estudiarte y comprenderte
abrazar los miedos
y temores de tu mente.

Quiero hacerte un hogar con los días,
y acompañarte en la tristeza y alegría.
Anochecer mientras mi alma entrelazo
a la tuya hasta mañana en un abrazo.

Quiero ser realista con nuestra vida
y no huir porque parece no haber salida.
Quiero hablar hasta secarnos la garganta
y sentir que conocernos aún más, hace falta.

Y quiero estar contigo muy fuerte
por si el destino nos avienta a un torrente.
Saber que si me apago, tú me enciendes,
y que siempre nos hacemos más conscientes.

Quiero motivarte y corregirte
que si estás errando
pueda con paciencia dirigirte.
Acompañarte también a vivirte,
que te quieras y respetes
y que tranquilo puedas sentirte.

Mujer cactus

Punzaditas de dolor,
en cada intento de amor.
Intocable caparazón,
destacable corazón.

Sangre caliente bajo el sol,
persevera valiente en su voz.
Y aquel atrevido cuidador,
tendrá en cuenta su misión.

Acercarse lento, sin distracción,
colarse cuidando su pulsación.
Un movimiento en falso, la lastimará.
Un reclamo en vano, y llorará.

La belleza entre sequía
es ser así.
Delicadeza sombría
para algunos, frenesí.
Doncella segura y fuerte en su raíz,
Verde en espina y cuerpo,
de alma, a ratos gris.

Peligro de libre acceso,
protectora autónoma de sí.
¡Otra espina en el proceso!
Si la quieres, la aceptarás así.

Caravana

Soy olor a sol:
piel llagada.
Soy dieta de voz,
sin llamadas

Soy un gran final,
qué ahora comienza.
Soy la huida,
que marca la revuelta.

Soy pena ajena,
dolor compartido,
pimienta de cayena,
picor en su oído.

Soy semilla arrancada
en pleno sembrío,
que aún mantiene la fuerza
del triunfo querido.

Soy grupo y sudor,
soy voluntario.
Soy lucha sin expiración,
soy mercenario.

Soy sonrisa de anhelo,
nacionalidad resignada.
Soy lengua sin pelos
soy rico sin nada.

Soy una mano detrás,
y otra delante.
Soy desnudo de riqueza,
construcción constante.

Soy compañero de destino,
felicidad en tristeza,
caravana en camino,
que suplica delicadeza.

Y sí, soy Venezuela y Honduras,
Nicaragua y Guatemala,
pero también soy magrebí,
cruzando en patera el agua…

Soy ganas siempre
de una vida mejor.
Soy caravana (posible muerte)
hacia un futuro prometedor

Realidades

Tus silencios son abismos,
un poco menos de lo mismo.
Un día a la vez para razonar,
trabajar pero imaginar el mar…
¡Hola Decepción!

Hundida en las teclas del computador,
frente a mí un gran reloj;
perdida en la conversación de un amigo,
a quien dejé de prestar atención:
¡Hola Frustración!

¿El tintineo de mis sueños?
Hoy vacíos deseos…
Un poco de responsabilidad, por favor,
para limpiar con realidad mi ilusión.
¡Hola Aflicción!

Espejo del baño,
juventud derramada.
Las primeras arrugas,
luego de las carcajadas…
¡Hola Aceptación!

Mas, respiro y corre la sangre.
Sí, podría ser siempre peor.
Mas, sobre tierra aún la carne,
que con cerebro lucha por amor…
Sí, un día de salud y vida.
Mas, uno más de prueba y error.
Sí, con mis tierras aún vacías,
cultivo lo que otros no.
Mas, aunque el sol queme las pupilas,
y enfade la maldad humana al sol,
seguir brillando mientras se camina
por las brasas ardientes del autoperdón.

60 minutos

Me declaro violador.
Te he devorado los labios,
durante los segundos
que dura tu sonrisa.
Y mientras hablas,
tu humor se ha llevado
todas mis penas de prisa.

Me declaro discreto acosador
en la espera por ti,
en la mañana.
Estoy pendiente de si llegas o no
para conversar sesenta minutos
junto a la ventana.

Me declaro vil culpable
de las cosquillas
que bajo el pantalón
me hacen desearte.
Aunque tenga en casa
quien me espere
y a quien jure
amar como antes.

Me declaro eso sí,
muy inocente,
de comportarme
como la mayoría de la gente.
¿Cómo podría ignorar tu gracia y belleza?
¿Cómo podría no perderme en tu delicadeza?

Y, solo déjame quedarme embelesado.
Detener las agujas del reloj
y las ruedas de este auto.
Te dejaré conquistarme
con el suave arrebato
de tu despedida y un
‘nos vemos al rato’…

Solsticios

Los alcanzamos a ratos.
Y, brillamos como si no hubiera mañana
para apagarnos de inmediato
al pie de nuestras sucias ventanas…
Somos los malditos solsticios de cuentos.

Abrimos el pecho,
brotan los árboles por sobre los techos.
Abrimos las piernas
y somos entre nosotros,
deliciosa carne en venta.
Solsticios de infierno,
solsticios de versos…
Afamadas historias de ego incompleto.
Somos lo último que queremos amar,
amándonos de nuevo.

Y no hay milagros
que nos salven de la condena.
Vamos hilando las penas,
en el superficial perdón.
Y no hay agua que llene
los pozos secos de una sed encubierta
esto es solo el comienzo,
de dos
que arriesgan inútilmente el corazón.

En nuestro solsticio,
se secan las vidas,
que resurgieron
de manera aparente.
En nuestro solsticio
florecen las cosas,
que con el mismo calor
se condenan a la muerte.

Y las ideas de angustia forman colmenas,
y las ansias de cambiarlo todo, enferman.
En nuestros vanos solsticios de verano,
abarcamos la galaxia con las manos.
Pero…
quemamos los cuerpos,
quemamos los ojos,
quemamos el derecho,
quemamos el enojo,
y nos llagamos la piel…
Y no nos queda nada.
Nada.

622

Cierran puertas,
los mismos cuerpos
pero vueltos energía invisible.
Se pasean juntos,
siguen siendo
dos caricaturas dementes
en un mundo intangible.

Sonríen de bobadas,
se tocan entre almohadas,
vuelven a la cocina.
Dejan la habitación perfumada
entre ellos no hay vidas pasadas,
sus pieles,
mezcla de caliente resina.

Dos almas que danzan en staccato,
que al inicio querían ser solo un rato;
y se enredaron más allá de la pasión,
en el pequeño 622.

Demiurgo

Soy de mi propio mundo
principio, final y mandato.
Soy de mi propio entorno
virtud, actitud y defecto.
Soy la divinidad de mis mandamientos.
Soy el infierno de mis fracasos.
Soy construcción ética de la mentira.
Soy definición de la soledad vivida.

Soy una partícula y alma en carne viva.
Soy opinión, libertad y cárcel.
Soy lo que hago de mí
y lo que otros de mí hacen.
Soy la perfección del reconocerme frágil.
y la espera de la desesperanza.
Soy el fuego que dentro de mí arde.
Soy primero, soy después de ti, soy antes.

Soy de mis propias huellas quien sabotea.
Soy quien se pisa en las caídas.
Soy la medallista de mis preseas.
Soy el caliche en el salvavidas.
Soy antónimo y sinónimo al tiempo.
Soy el agua que ahoga al sediento.
Soy el minuto de aquella hora perdida.
Soy petición y afrenta, vivencia tardía.

Soy lo que no era hace unos instantes.
Soy las bases de un edificio andante.
Soy el destructor de mis propios sueños.
Soy la que se juzga como lo más pequeño.
Y soy también locura de lucha.
Y soy espejo de adiós.
Y soy única entre muchas.
Y quien se cree igual que vos.

Soy de mi propio yo el naufragio.
Pero, soy también el salvador.
Soy el comienzo de un relato.
Y el final del libro que escribo yo.
Soy de lo que se enamora la vida
todas las mañanas que respiro.
Soy de mis minutos desagradecido,
soy el que por vivir, vivo.

Y soy la conciencia de la inconsciencia.
Y del equilibrio, castigo.
Soy negación y resiliencia.
Soy de lo negativo, el olvido.