Llueve.
Creo que el cielo te siente.
Y quiere limpiarte,
también hacerme consciente…
Llueve.
Y estridulan los grillos,
y mi alma se muere,
y la pena me puede…
Llueve,
Y la patraña inconsistente
de aquel ‘cuerpo presente’
es una mala expresión.
Y llueve.
Me reduzco a tu recuerdo.
Y tengo tus dedos,
tocando mi voz…
Mientras llueve.
Rememoro tus momentos:
enseñanzas de amor,
juramento de respeto.
Y, más te quiero, si llueve.
Y llueve.
Y las gotas de cielo,
se llevan la sal y el dolor
de tu nombre.
Y las células mías te releen
en la historia de un gran hombre.
Todo eso, mientras llueve.